Padre de la patria. Nació el 26 de enero de 1813, nace en Santa Bárbara, Santo Domingo, hijo de Juan José Duarte, comerciante español nacido en Vejer de
Según el investigador dominicano Pedro Troncoso Sánchez, es muy probable que el padre de Duarte llegara al país después de firmado el Tratado de Basilea en 1795. ("Vida de Juan Pablo Duarte", pág. 18).
Sin embargo, luego que las tropas de Toussaint ocuparon esta zona (1801) en cumplimiento del acuerdo estipulado por ese tratado, salió del país con su familia con destino a Puerto Rico. Allí le nació un hijo: Vicente Celestino.
La familia Duarte y Diez, regresó después de terminada la guerra de
Su padre "trabajó tesoneramente y con provecho, en su negocio de efecto de marina y ferretería en general en la zona portuaria del Ozama, único en su género en la ciudad. En esta época nacieron, además de Juan Pablo Duarte, dos de los cinco hijos llegados a mayores: Filomena y Rosa, y otros fallecidos en la infancia" (Troncoso Sánchez, Ob. cit., pág. 19).
Era un hombre de recio carácter, en los momentos difíciles de los primeros momentos de la ocupación haitiana (1822), fue el único comerciante peninsular que se negó a firmar el manifiesto de adhesión a Haití.
Juan Pablo Duarte fue bautizado el 4 de febrero de 1813. Las primeras lecciones de su educación formal, la recibió primero con su madre, y luego con una profesora de apellido Montilla, quien dirigía una pequeña escuela de párvulos.
De aquí pasó a una escuela primaria de varones cuyo nombre se desconoce, donde dio tempranamente muestra de poseer una inteligencia privilegiada. Más tarde fue admitido en la escuela de don Manuel Aybar. Aquí completó sus conocimientos de lectura, escritura, gramática y aritmética elemental.
Después de unos cuantos años, niño aún, para luego pasar, ya un adolescente, a recibir la orientación de uno de los más sabios profesores de la entonces recién cerrada Universidad de Santo Domingo: el doctor Juan Vicente Troncoso. Con él estudió filosofía y derecho romano. Aquí también ofreció prueba de una gran vocación de superación, de amor por los estudios.
Deseosos sus padres de no interrumpir las proyecciones en el campo del conocimiento de su hijo, con grandes sacrificios decidieron enviarlo a estudiar al exterior.
Se ha dicho que ya adolescente, comenzó a germinar en su espíritu el ansia de liberar a su tierra de la dominación haitiana. Pero no hay pruebas de ello.
El único informe que se tiene al respecto es que, cuando emprendió su viaje con destino a España, vía Nueva York, en el curso del viaje a esta ciudad, el capitán del buque y don Pablo Pujol a quien fue recomendado se pusieron a hablar mal de Santo Domingo, y al preguntarle el primero a Duarte si no le daba pena decir que era haitiano, éste respondió: "Yo soy dominicano". Según datos que merecen crédito, el viaje se llevó a cabo en los finales de 1827 o a principios del 1828, es decir, cuando su edad frisaba en los 15 años.
De Nueva York donde probablemente pasó algunos meses, pues se perfeccionó en "el estudio de idiomas" emprendió rumbo hacia España, deteniéndose en Londres y en París. Ya en la península ibérica se ubicó en Barcelona, donde tenía familiares.
Es indudable que este viaje le abrió nuevas y amplias perspectivas. Se ha hablado mucho en relación con este punto. En un ensayo poco conocido, Joaquín Salazar sostiene que su estancia en Nueva York le permitió adentrarse en las intimidades de la política norteamericana de entonces.
Y refiriéndose a su permanencia en Londres, Félix María del Monte que más tarde se convertiría en discípulo suyo y en traidor a su ideario expresa que se interesó en el conocimiento de las instituciones y la política inglesa. Pero como de nada esto hay pruebas documentales fehacientes, forzoso es llegar a la conclusión de que lo dicho por estos autores merece poco crédito.
De su breve estancia en Francia nada se sabe. Sin embargo, hay que presumir que, hallándose este país en el umbral de un importante movimiento revolucionario, algo tuvo él que captar, pese a su juventud, sobre las causas de la inquietud política allí reinante.
A ello debió haber contribuido la admiración que probablemente sentía dadas su inteligencia y el ansia de justicia que latía en su alma por la gesta de
Para entonces, lo cierto es que toda Europa se hallaba en plena ebullición política, y que fue durante el tiempo que pasó en Barcelona tiempo que cubrió casi con toda seguridad más de dos años cuando el viajero se sintió atraído a fondo por esta ebullición.
Cuatro doctrinas políticas sacudían en esos momentos a aquel continente el romanticismo, el liberalismo, el nacionalismo y el socialismo utópico.
Duarte, en el marco de aquella ebullición de nuevas concepciones sobre la vida político-social, se sintió en gran parte ganado por determinados aspectos de las dos primeras.
Hay, además, indicios probatorios de que aprovechó su estancia en Barcelona para estudiar derecho. Fue indudablemente entonces cuando comenzó a perfilarse su ideario político, en el cual el nacionalismo y el liberalismo fraternizan, levantándose sobre un fondo romántico, pensó que nuestro pueblo era depositario de una cultura propia, que lo hacía digno de la independencia política.
Alcanzada ésta, la nación debía organizarse sobre la base del institucionalismo de la democracia representativa, que a su vez era un fruto del pensamiento liberal. Puesto que respondían a culturas distintas, sostuvo que entre "los dominicanos y los haitianos no es posible una fusión". Esta imposibilidad no nacía, pues, de diferencias raciales que anti-racismo no admitía sino culturales.
De regreso al país se lanzó a una lucha sin tregua por concretar el propósito que alentaba. En aras de esta lucha, no escatimó sacrificios. Pese a que pertenecía a una familia importante de la burguesía comercial capitaleña, marginó todo afán de lucro, y rápidamente encontró discípulos y se convirtió en la figura cimera del nuevo movimiento. Era ya el maestro,en camino de devenir el Apóstol.
Fue en el seno de la clase media urbana donde sus ideas encontraron mayor eco. Para entonces, casi toda la aristocracia y demás grupos elevados se hallaban solidarizados con el régimen haitiano, razón por la cual fue imposible obtener, en los primeros años de aquella noble faena, su cooperación.
Al irse ensanchando el movimiento, Duarte comprendió que se hacía imprescindible dado el carácter absolutista del gobierno de Boyer crear una organización clandestina que, siguiendo el modelo de las sociedades europeas de los "Carbonarios", asumiera la responsabilidades dirigir las actividades.
Así surgió la sociedad "
Simultáneamente con el desarrollo del movimiento trinitario, en Haití, la oposición al gobierno de Boyer fue cobrando fuerza, impulsada por hombres de ideas liberales.
Con fino sentido político, Duarte estimó conveniente como paso previo a la independencia colaborar con la aludida oposición.
A fin de llegar a un concierto al respecto, Ramón Mella quien desde hacía algún tiempo se había adherido a "
Boyer no demoró en ser derrocado, y Duarte contribuyó en función de figura cimera de la rebelión contra Boyer en la zona oriental a la consolidación de la victoria, mediante una acción bélica que tuvo lugar el 24 de marzo de 1843, en la ciudad de Santo Domingo. Charles Herard asumió el mando en Haití, como miembro de una Junta de Gobierno integrada por él y otros dos generales haitianos.
Para asesorar a esta Junta se formó un Consejo Consultivo de ocho miembros, entre los cuales no figuraba ningún dominicano. Pero Duarte aprovechó la mayoría con que contaba dentro del movimiento liberal también llamado "reformista" en la región oriental, para crear bajo su dirección una Junta Gubernativa provisional que sirviera de base a la creación de
Esto último aparecía condicionado por el acopio de armamento, la elaboración de planes militares y aportes económicos.
Claro está: tales apoyos sólo podían obtenerse con la ayuda de la burguesía comercial, importadora y exportadora, y de los latifundistas (hateros), grupos que dándose cuenta de la grave situación política que el "reformismo" estaba creando en haití, comenzaron a alentar ideas colonialistas que se concretaron en las negociaciones cuya culminación fue el Plan "Levasseur". No había, pues, la posibilidad de lograr por el momento la aludida ayuda. Pese a ello, Duarte no cejó en el propósito.
Envió a Mella al Cibao con el fin de levantar los ánimos e iniciar allí los correspondientes preparativos insurrecionales; y celebró en casa de su tío José Diez una importante reunión "con el intento de ver si podían unificarse las opiniones".
Fracasó en el empeño... Es más: al trasladarse Herard a la zona oriental, no demoró en tener noticias de lo que se tramaba, razón por la cual redujo a prisión en el Cotuí a Ramón Mella y al presbítero Juan Puigvert que fueron enviados a Haití y al llegar a la capital hecho que
El barco emprendió rumbo hacia el Sur, y después de varios días de viaje, llegó a playas venezolanas. Desde entonces, y hasta la víspera de su regreso a la patria ya independizada Duarte se fijó en Caracas. No realizó allí, al parecer, ninguna actividad remunerativa.
Durante esos meses, un pensamiento dominó su ánimo seguir luchando por la independencia nacional y hacer en aras de ella todos los sacrificios necesarios. Visitó al presidente de Venezuela, general Carlos Soublette, con el fin de solicitar su cooperación a la causa. Le fue prometida. Pero las promesas no se cumplieron.
A Caracas apenas llegaban noticias del país.Era lógico que ello apesadumbrara y desesperara a Duarte. Por eso, en una reunión de venezolanos y dominicanos se acordó que Juan Isidro Pérez de
Próximo a finalizar el año 1843, Duarte recibió una carta de suma importancia, fechada en Santo Domingo el 15 de noviembre y firmada por su hermano Vicente Celestino y por Sánchez.
En ella se le reclamaban urgentes auxilios especialmente en armas y dinero y se le hacía saber que después de su partida, "todas las circunstancias han sido favorables".
Se le decía, además, que era forzoso apresurarse porque "es necesario temer a la audacia de un tercer partido"; y se le recomendaba que regresara de inmediato al país por el puerto de Guayacanes, con el dinero y el material bélico solicitados.
Claro está: si bien la noticia de la buena marcha de los trabajos tuvo que alegrarlo, a esta alegría se mezcló el dolor provocado por la imposibilidad en que él se hallaba de acceder al reclamo.
En efecto, pese a sus esfuerzos, no había obtenido ayudas, y meses antes había escrito a sus hermanos exigiéndoles que ofrendaran "en aras de la patria, lo que a costa del amor y el trabajo de nuestro padre hemos heredado".
De todos modos, decidió partir hacia Curazao y "hallar medios para fletar un buque y dirigirse a Guayacanes". Salió de Caracas "con la muerte en el corazón, sostenido por su fe en
En lo que respecta a las tácticas, un importante sector de estos grupos sociales (Tomás Bobadilla ejercía la función de máximo asesor) consideró que lo indicado era pactar con los "duartistas" y luchar por la independencia como primer paso para lograr el protectorado de Francia.
El vehículo entre este sector burgués y los "duartistas" fue Ramón Mella, y es casi seguro que para principios de diciembre el pacto ya había sido concertado, pero no hay documentación en la cual fundamentarse para afirmar que Duarte tuvo noticias de ello.
La colaboración de ese sector conservador precipitó el curso de los acontecimientos. Dio dinero para los preparativos insurreccionales y de las primeras comunicaciones que sobre el tópico transmitió el cónsul francé St. Denys, al ministro Guizot, se infiere que dicho cónsul tuvo una velada intervención en los preparativos. Además, la referida colaboración introdujo una novedad teórica en el seno del movimiento: en el Manifiesto del 16 de enero de 1844, que fue redactado por Bobadilla aparece por primera vez la palabra "separación" y no se habla específicamente de "independencia". Ello revelaba, con toda claridad, un desvío del pensamiento duartiano, y abría el campo a los propósitos proteccionistas o anexionistas.
Las más recientes investigaciones sobre la gesta del 27 de febrero, hacen ver de la importante participación de Bobadilla, quien se vinculó estrechamente con Santana tan pronto éste llegó a Santo Domingo con sus tropas de "seybanos".
Nadie se opuso a que él asumiera la presidencia de
El 14 de marzo el Apóstol llegó a la nueva capital, donde fue objeto de un entusiasta recibimiento.Al día siguiente fue nombrado miembro de
El triunfo del movimiento iniciado el 27 de febrero impulsó al presidente haitiano Herard a que fuera invadida
Correspondió a Santana enfrentarse a este último, logrando una resonante victoria en Azua, el 19 de marzo.
Pero en vez de capitalizar esta victoria lanzando una activa persecución contra el enemigo, el aun bisoño jefe militar, prefirió retirarse desordenadamente a Baní y exigir al cónsul francés, que hiciera válidas sus promesas relativas al protectorado.
Así las cosas,
Al no ser posible este acuerdo, Duarte requirió de
Advino así una peculiar lucha de clases que a la postre culminó en el triunfo del sector colonialista.
En efecto, al ser derrotado el ejército haitiano que invadió por el Norte en la batalla del 30 de marzo, en Haití se produjo una grave crisis política que fue aprovechada por Santana para imponer su dominio, casi sin combatir, en toda la región del Sudoeste.
En esos mismos días, Bobadilla y el doctor Caminero que eran en
Presentes en la reunión Duarte y sus discípulos, elevaron una firme protesta.
La división en
Ante ello y en vista de que Mella transmitía desde el Cibao noticias alarmantes la nueva Junta ordenó a Duarte que se dirigiera a esta región del país, para que restableciera "la paz y el orden necesario para la prosperidad pública".
El 24 de junio, partió Duarte hacia la aludida región. Pero los "colonialistas" no se cruzaron de brazos. Informaron a Santana de lo que acontecía, y éste, a la vez que desconoció el nombramiento de la nueva Junta, decidió rebelarse, el 3 de julio, seguido por las tropas que él dirigía. Entretanto, habiendo sido objeto Duarte de entusiastas recibimientos en las poblaciones del Cibao, Mella promovió en esta región un importante movimiento tendiente a llevarlo a la presidencia de
No obstante, bien pudo influir en su ánimo la convicción de que, si aceptaba el honroso cargo, nada podría evitar dadas las circunstancias el estallido de una guerra fratricida, a la cual él se negaba a contribuir.
La insurrección de Santana triunfó. Con ello, el sector colonialista se hizo dueño del poder y se inició la persecución contra los independentistas radicales. Duarte fue encarcelado en Puerto Plata y remitido a la capital, donde, mediante una resolución gubernamental, fue declarado —al igual que Juan Isidro Pérez de
Llegó a Hamburgo, Alemania, y desde allí tomó a los pocos días otro barco que lo llevó a St. Thomas.
Luego siguió rumbo a Venezuela, país en cuyo interior estuvo doce años. Al fin, se avecindó en El Apure. Casi nada se sabe de su vida en el curso de esos largos años.
Herido en lo más hondo del alma, buscó como buen romántico el consuelo de la naturaleza. Pero según afirma su hermana Rosa, escribió sobre la historia de su patria y sobre las costumbres de los pueblos que iba recorriendo. Infortunadamente, todos estos escritos se perdieron, "destruidos por las llamas (o) por el fuego de la ambición, que oculta con el manto de la libertad, destruye cuanto encuentra a su paso".
Es casi seguro que no tuvo noticias del decreto de amnistía que en favor de él y de sus compañeros, el gobierno de Jimenes promulgó a principios de septiembre de 1848.
¡Y bien parece que dándose cuenta de que arruinado él y su familia, cualquier esfuerzo de su parte por torcer el rumbo político de su país sería estéril, prefirió que el curso de los acontecimientos desembocaran en una coyuntura propicia para su actuación!
Esta coyuntura no tardó en presentarse. Meses después de haberse producido la anexión de
En esta ciudad recibió proposiciones del cónsul español, entre ellas la de nombrarlo Capitán General de la colonia restaurada. Rechazó tales proposiciones, considerándolas indignas. Luego, el Ministro del Interior de Venezuela le ofreció un cargo, y este apreciamiento también fue rechazado, pues si lo aceptaba, tendría que reconocer "por patria el país a que servía".
En relación con estas proposiciones su hermana Rosa da a entender que él le dijo: "Acepté con júbilo la copa de cicuta que sabía me aguardaba el día que mis conciudadanos consideraran que mis servicios no les eran necesarios (pues) a mí me bastaba ver libre, feliz e independiente mi ínsula".
Tomó, pues, rumbo hacia la patria en guerra, con la decisión de incorporarse al movimiento restaurador, del cual recibió informes desde Coro, enviados por Pedro Alejandro Pina. El 25 de marzo de 1864 llegó a Monte Cristy y de allí continuó viaje a Guayubín.
Desde esta aldea envió una carta al Gobierno Provisional, informando de su presencia allí, y de su disposicióna incorporarse a la lucha bélica. El Gobierno le contestó mostrando regocijo por su llegada.
Entre otras cosas, la respuesta —firmada por Ulises F. Espaillat, Ministro de Relaciones Exteriores, encargado de la vicepresidencia— dice: "
Dos semanas después, el gobierno volvió a dirigirse a él expresándole que "habiendo aceptado los servicios que de una manera tan espontánea se ha servido usted ofrecernos, ha resuelto utilizarlos encomendándole a
Pese a que el Apóstol ansiaba "participar de los riesgos y peligros que arrostran en los campos de batalla los que con las armas en la mano sostienen con tanta gloria los derechos sacrosantos de nuestra querida patria", se inclinó ante el requerimiento. En realidad,
Desde Caracas, le escribió al Ministro de Relaciones Exteriores una importantísima carta de la cual extraemos los siguientes párrafos:
"Quedó impuesto de las razones del Gobierno respecto de su conducta con los traidores, y no quedo menos que decir a usted que mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones: el Gobierno debe mostrarse justo y enérgico en las presentes circunstancias o no tendremos patria y por consiguiente, libertad ni independencia nacional..."
"Báez dice en Curazao (a mí no me lo ha dicho pues no lo he visto), que en el Cibao se trata de una nueva anexión a los Estados Unidos, y que esto los hace estar tan orgullosos, otros suponen un partido haitiano y aún no hay quien hable de un afrancesado. Esto es falso de toda falsedad: en Santo Domingo no hay más que un pueblo que desea ser y se ha proclamado independiente de toda potencia extranjera, y una fracción miserable que siempre se ha pronunciado contra esta ley, contra este querer del pueblo dominicano.
Ahora bien: si me pronuncié dominicano independiente desde el 16 de julio de 1838, cuando los nombres de libertad, patria y honor nacional se hallaban proscritos como palabras infames, y por ello merecí (en el año 1843) ser perseguido a muerte por esa facción entonces haitiana; si después, en el año 44 me pronuncié contra el protectorado francés ideado por esos facciosos y cesión a esta potencia de la península de Samaná, mereciendo por ello todos los males que sobre mí han llovido; si después de veinte años de ausencia he vuelto espontáneamente a mi patria a protestar con las armas en la mano contra la anexión a España, llevada a cabo a despacho del voto nacional por la superchería de ese bando traidor y patricida, no es de esperarse que yo deje de protestar (y conmigo todo buen dominicano) cual protesto y protestaré siempre, no digo tan sólo contra la anexión de mi patria a los Estados Unidos, sino a cualquiera otra potencia de la tierra, y al mismo tiempo, contra cualquier tratado que tienda a menoscabar en lo más mínimo nuestra independencia nacional y cercenar nuestro territorio o cualquiera de los derechos del pueblo dominicano".
Evidentemente, esos párrafos delatan el nacionalismo integral del Apóstol, del cual da también testimonio el Art. 6º de su proyecto de Constitución.
Su misión en
Es más: se quejó indirectamente de hallarse, una vez más, en el ostracismo. Escribió: "¿Qué más se quiere del patriota? ¿Se quiere que muera lejos de su patria, él que no pensó sino en rescatarla; y con él sus deudos, sus amigos, sus compañeros, sus compatriotas que no sean bastante viles para humillarse y adorar el poder satánico que adueñado de la situación hace más de veinte años, dispone a su antojo del honor, de la vida, de las propiedades, de los mejores servidores de ese pueblo heroico hasta en el sufrimiento y tan digno de mejor suerte?" ¡Palabras terribles! ¡Anatema hecho llama contra los traidores! ¡Reconocimiento de la guerra a muerte entre los que tienen "hambre y sed de justicia" y los "iscariotes, escribas y fariseos"¡ Pese a la visión de ese porvenir aciago, no perdió la fe en su pueblo.
Pues su religiosidad lo hacía confiar en
Pero correspondía al hombre puro precipitar ese juicio. Mostró, por tanto, la disposición de contribuir a ello. Quiso, por tanto, reintegrarse a la lucha, "pues el amor de la patria nos hizo contraer compromisos sagrados con la generación venidera (y) necesario es cumplirlos o renunciar a la idea de aparecer ante el tribunal de la historia con el honor de hombres libres, fieles y perseverantes".
Últimos días
No pudo satisfacer esta voluntad.
Fechas históricas
El 23 de enero 1813, nace Juan Pablo Duarte, en Santa Bárbara de Santo Domingo hijo de Don Juan José Duarte oriundo de España y Manuela Diez Oriunda del Seibo. fundador de la Trinitaria y creador de los principios de la dominicanidad. Más tarde se convirtió en padre de la Patria
El 28 de junio 1820, Rosa Duarte y Díez nació en la ciudad de Santo Domingo, siendo declarada como hija legítima de Juan José Duarte Rodríguez y Manuela Díez Jiménez.
El 16 de julio 1833, Juan Pablo Duarte funda la Trinitaria grupo que encabezó con sus primeros integrantes Jacinto de la Concha ; Felipe Alfau; José Maria Sierra; Pedro Alejandro Pina, Juan Isidro Pérez; Feliz Maria Ruiz; Benito Gonzales Y Juan N. Ravelo.
El 3 de mayo 1843, el patricio Juan Pablo Duarte, visita
El 17 de abril 1843, el patricio Juan Pablo Duarte es nombrado comicionado para organizar los pueblos del Este.
El 6 de septiembre 1843, en Venezuela, el patricio Juan Pablo Duarte instado a presentar lo que ha estudiado ante
El 2 de marzo 1844, la junta central gubernativa, en una de las primera medidas dispone la salida de
El 15 de marzo 1844, el padre de la patria, Juan Pâblo quien había llegado el día anterior a bordo de la goleta Leonor, hace su entrada en la ciudad de Santo Domingo, fue recibido. En esta ocasión del Arzobispo. Monseñor Tomás de Portes e Infante, elevó la voz saludándole y exclamó: “salve al Padre de
El 4 de abril 1844,
El 12 de abril 1844, El general Juan Pablo Duarte rinde cuenta ante los miembros de la junta Central Gubernativa de lo que había gastado, después de ser retirado de Baní a donde había sido enviado en calidad de Jefe de operaciones militar.
El 24 de junio 1844, el general Juan Pablo Duarte delegable del gobierno en el Cibao, llega a Cotuí, donde es objeto de una entusiasta recepción.
El 25 de junio 1844, la ciudad de
El 7 de marzo 1865, Juan Pablo Duarte declara en carta su pleno respaldo al Gobierno Restaurador y a la total autonomía de la nación.
El 15 de julio 1876, deja de existir para siempre Juan Pablo Duarte en Venezuela.
El 16 de abril 1884, El Congreso Nacional resuelve que por cuenta público se comprara una casa, la cuál sería regalada, en nombre de
El 25 de octubre 1888, muere Rosa Duarte, en Caracas, Venezuela, era hermana del patricio Juan Pablo Duarte y Díez.
En Julio 2018, se crea un hecho que se hizo viral cuando se desvela un busto de Juan Pablo Duarte con la apariencia de Danilo Medina actual presidente de la República.Desde ahí la controversia se conoce como el Busto de Danilo.
En Julio 2018, se crea un hecho que se hizo viral cuando se desvela un busto de Juan Pablo Duarte con la apariencia de Danilo Medina actual presidente de la República.Desde ahí la controversia se conoce como el Busto de Danilo.
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