Orlando Martínez Howley nació el 23 de septiembre de 1944 en las Matas de Farfan, República Dominicana
EL CRIMEN Seis meses después del crimen, el jefe de la Policía de ese entonces, el general Neit Nivar Seijas (fallecido), ordenó a una junta de oficiales indagar el asesinato. En el interrogatorio practicado a Durán Cabrera el 29 de octubre de ese año, admitió haber sido una de las personas que disparó contra el comunicador con un revólver calibre 38 marca “Detective’’ número F07259, con el que habría hecho el tiro mortal. La Junta de Oficiales que en 1975 investigó el asesinato también interrogó a los coacusados Joaquín Antonio Pou Castro, Rafael Alfredo Lluberes Ricart (Freddy), Luis Emilio de la Rosa Beras, quienes declararon que Durán Cabrera fue una de las personas que le disparó al periodista. Fue asesinado durante uno de los gobiernos del Presidente de la República, Joaquin Balaguer, quien conociendo quienes fueron sus asesinos, optó por no denunciarlos y se limitó a escribir en el libro de sus memorias (Memorias de un Cortesano de la Era de Trujillo) "una página en blanco", dejando supuestamente para la posteridad el conocimiento de quienes fueron sus asesinos:
El 17 de marzo de 1975 el periodista Orlando Martínez Howley fue asesinado por un grupo de civiles y militares, en la avenida José Contreras, cerca de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Aquí les mostramos íntegramente el artículo que le costó la vida a orlando Martínez…titulado- Por qué no Dr Balaguer ?
Un Asesinato de estado
Todos ustedes saben de mis vínculos de camaradería, hermandad y amistad con Orlando Martínez Howley. Las grandes afinidades morales, político-teóricas y humanas que nos unieron para siempre, desde nuestra militancia común en el movimiento estudiantil de izquierda “Fragua” y en el seno del Partido Comunista Dominicano, son muy conocidas
Orlando fue un estudiante, un militante revolucionario, un ser humano y un comunicador social, verdaderamente ejemplar. De un gran talento e inmensa bondad.
Su militancia revolucionaria, sus valiosos escritos y su ejercicio periodístico, los dedicó a enfrentar -con un despliegue de valor admirable- la represión, las torturas, las injusticias sociales, el saqueo de las corporaciones extranjeras, la perversidad política, el entreguismo al poder imperialista de los EEUU, el terrorismo de Estado aquí y mas allá de nuestras fronteras; defendiendo siempre a los (as) explotados (as), desposeídos (as), excluidos (as), reprimidos (as) y discriminados.
Sus enemigos eran, en consecuencia fácilmente inidentificables, y quienes dentro de ellos se propusieron matarlo, tampoco resultaron difíciles de detectar: estaban ubicados en la cúpula del poder militar, policial y político, en estrecha relación con los sectores, poderosos, con las corporaciones transnacionales y con los enclaves de inteligencia y asesoría militar de los EEUU (Estación Dominicana de la CIA, Cuerpo de Asesores Militares-MAAG, Embajada de los EEUU en el país).
Se trataba de los mismos que dirigieron la maquinaria de terror en los días de la post-guerra de abril y durante los doce años del régimen de Balaguer.
Orlando lo sindicó como los “generales de horca y cuchillo”, refiriéndose sobre todo al grupo que encabezaba el entonces general Enrique Pérez y Pérez junto a los generales Salvador Lluberes Montás, Ramón Emilio Jiménez hijo y otros jerarcas militares; todos vinculados a la CIA, al MAAG y a los grupos terroristas de la mafia cubano-americana de Miami; todos cavernariamente anticomunistas.
A ese grupo pertenecieron también el Coronel Ernesto Cruz Brea, encargado de inteligencia, el mayor Pou Castro, jefe de operaciones de grupos de acción y el coronel Isidoro Martínez (conocido cómo “La Caja”) ya fallecido.
Utilizaban para sus fechorías a otros miembros activos de la Policía Nacional, el Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y sus órganos de seguridad, como también a miembros civiles de las tristemente célebre Banda Reeleccionista y Anticomunista (organismo para-militar)
A Cruz Brea, en su columna Microscopio, el propio Orlando Martínez se refirió como el oficial encargado de coleccionar sus escritos y de darle seguimiento para estimular el crimen. Incluso señaló que si algo le pasara, si era asesinado, solicitaba que ese coronel fuera investigado; siempre estableciendo los vínculos de este señor con el grupo de Pérez y Pérez.
Y justamente la primera amenaza escrita recibida por Orlando, fue a raíz de su valiente denuncia sobre las circunstancias rodeaban al asesinato del periodista Gregorio García Castro y el proceso de investigación del mismo.
Ese crimen precisamente se produjo en 1973 siendo Cruz Brea Jefe de la Policía Nacional y lo ejecutaron agentes del Servicio Secreto a su servicio.
Gregorio García Castro tenía vínculos de amistad con el general Neit Nivas Seijas, quien encabezaba un grupo muy corrupto, pero enfrentado el grupo de Pérez y Pérez.
A raíz de ese hecho, Orlando denunció con todos sus detalles el encontronazo entre Nivas Seijas y Cruz Brea en el Palacio Nacional y dio pistas sobre sus verdugos, lo que determinó la referida amenaza de muerte en su contra; la cual como es lógico movió diversos reacciones de solidaridad y protección, y detuvo temporal a los sicarios de Pérez y Pérez y Cruz Brea.
La intención de todas maneras se mantuvo viva y fue más tarde, a raíz de aquel artículo titulado “¿Por qué no doctor Balaguer?”, publicado en El Nacional de Ahora el 25 de febrero de 1975, cuando se reactivó persistentemente el operativo para matarlo.
En ese artículo, lleno de indignación por el atropello de que había sido víctima el gran pintor revolucionario Silvano Lora en ocasión de su deportación en el Aeropuerto las Américas, Orlando exhortó a Balaguer a subirse en un avión y largarse del país, junto todos sus funcionarios corruptos, calieses y asesinos.
El mismo fue usado de inmediato como punto de partida para el nuevo operativo criminal. El coronel Cruz Brea, además de distribuirlo entre los “generales de horca y cuchillo”, se lo llevó personalmente a Balaguer planteándole que ya eso “no se podía permitir”. Y Balaguer no lo detuvo, lo que se tradujo en luz verde para el atentado. (Esta información nos la suministró el señor Ortega Oller, cuñado del general Ramón Emilio Jiménez hijo.)
La reunión del Estado mayor con esos fines no tardó en producirse: el 8 de marzo de 1975 se encontraron en la Secretaria de las Fuerzas Armadas los generales Jiménez, Pérez y Pérez, Lluberes Montás y Logroño Contín (fallecido), el primero Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas y los otros jefes de Estado Mayor del Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina de Guerra respectivamente.
El encargado de dar las instrucciones a Pou Castro para que montara el equipo criminal, junto al coronel Isidoro Martínez de la FAD, fue el general Lluberes Montás. Así lo ha confesado Pou Castro en los interrogatorios publicados.
En vista de la necesidad de reforzar el operativo y específicamente de incorporar a ese Staff a Mariano Cabrera Durán, experto tirador, se le solicitó al general Jiménez hijo que instruyera al jefe del J2 de las FFAA, coronel Abreu Rodríguez, para esa selección, dado que este sicario estaba asignado a ese organismo. Esa instrucción también fue dada personalmente por el general Ramón Emilio Jiménez hijo y eso consta en uno de los interrogatorios a Pou Castro.
Esos hechos y esas confesiones dejan bien claro que se trató de un asesinato de Estado, consultado con el presidente de la República, decidido en Estado Mayor de las FFAA y ejecutado por dos grupos: uno de contención dirigido por el coronel Isidoro Martínez y otro encargado de la acción directa,de la ejecución del crimen, comandado por el entonces Mayor, hoy general retirado, Joaquín Pou Castro (alias Ñoño).
El día escogido fue el 17 de marzo de 1975 y los detalles del seguimiento y de la operación constan en el expediente acusatorio. En la labor de rastreo participó el coronel Sánchez Guzmán, asignado a la escolta del canciller Víctor Gómez Bergés. Sánchez Guzmán murió posteriormente en un extraño y sospechoso accidente automovilístico.
Sobre todo esto debo decir lo siguiente:
- Orlando Martínez me informó previamente que el entonces canciller Víctor Gómez Bergés, vecino de él y compañero de partido de una de sus primas (la que posibilitó la relación con Gómez Bergés), le había presentado y ponderado positivamente un oficial que prestaba servicio en la Cancillería. No tengo claro si se trató de Sánchez Guzmán o de Pou Castro, quien también estaba asignado a la CancilleríaOrlando y quien esto escribe desconocíamos entonces la trayectoria criminal de esos dos oficiales
- Días ante del asesinato, Orlando me comunicó confidencialmente que Víctor Gómez Bergés lo había llamado para informarles que ya estaba montando un operativo militar para asesinarlo y que la única forma en que podía salvarse era si abandonaba el país, a lo que él se resistía con toda razón, dado que en su caso implicaba aceptar la autocensura, dejar su trabajo y separarse de su familia, especialmente de su madre que no estaba bien de salud.
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Narciso Isa Conde
Aquí les mostramos íntegramente el artículo que le costó la vida a orlando Martínez…titulado- Por qué no Dr Balaguer ?
¿POR QUE NO DR BALAGUER?
**Nota: 21 días despúes de ser publicado este artículo en la columna Microscopio, su autor, Orlando Martínez, fue asesinado.
Por: Arq. Raifi Genao
Condena a sus asesinos
SAN PEDRO DE MACORIS.-Luego de más de tres horas y media de deliberaciones, la Corte de Apelación de este departamento judicial condenó a 30 años de prisión a los confesos asesinos del periodista Orlando Martínez Howley, Mariano Durán Cabrera y Rafael Alfredo Lluberes Ricart (Lluberito), mientras que al también acusado Joaquín Antonio Pou Castro le impuso una pena de 20 años.
De esa manera, los jueces acogieron en parte un dictamen del ministerio público representado por los fiscales Rafael Morla Puello y Benito Ángel Nieves, quienes habían solicitado 30 años de prisión para los tres acusados.
Según la sentencia leída el 23 de julio 2007 y en virtud de los artículos 7, 59, 295, 296, 297, 298 y 302 del Código Penal, la corte declaró culpables a Cabrera Durán y Lluberes Ricart del crimen de asesinato, hecho previsto y sancionado por los artículos antes mencionados, en perjuicio del periodista Martínez Howley, y en consecuencia, los condenó a cumplir 30 años de prisión.
En cuanto a Pou Castro, fue condenado por complicidad a 20 años de encierro. En la audiencia se hizo constar el voto disidente del juez José Joaquín Paniagua Gil, quien dijo que explicará los motivos el próximo 16 de mayo cuando se lea la sentencia de manera íntegra, para dar a conocer las motivaciones del fallo.
El tribunal se declaró competente para pronunciarse en cuanto a los recursos de apelación de la sentencia de primer grado, “ya que se encuentra apoderada por sentencia de envío de la honorable Suprema Corte de Justicia del 31 de Agosto del 2005, limitando el apoderamiento de esa corte solo en el aspecto penal”.
También rechazó el pedimento de los abogados de Pou Castro, en cuanto a las sanciones solicitadas en contra del ex co-imputado Emilio de la Rosa Beras, por improcedente e infundado.
La corte está presidida por la magistrada Marcelina Japa e integrada además por los jueces José Manuel Glass Gutiérrez, Zamira Madrigal y Paniagua Gil.
De inmediato los abogados de los condenados, Ángela María Arias Cabada, Vílpido Antonio Rivas y Agustín Mejía Ávila, expresaron su disposición de llevar el caso en recurso de casación a la Suprema Corte de Justicia, por entender que la sentencia debió ser más benigna.
En el juicio estuvieron presentes el dirigente comunista Narciso Isa Conde, José Israel Cuello y la presidenta del Colegio Dominicano de Periodistas, Mercedes Castillo, quienes se mostraron inconformes con el fallo en cuanto a Pou Castro.
También familiares del periodista Orlando Martínez, entre ellos su hermano Sergio Augusto Martínez Howley.